SE HACEN CADA VEZ MENOS VELORIOS Y MÁS CREMACIONES

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Se transforman las costumbres al despedir a los seres queridos. Cambió la cultura de despedir la vida en Neuquén. Los velorios son cada vez menos, las cremaciones aumentan y las ceremonias se reducen en el tiempo de duración. Las estadísticas que tiene la Cooperativa CALF, a través de su servicio de sepelio, demuestran cómo de a poco la gente va simplificando el trámite de la muerte de un ser querido y de qué manera se va adaptando a los cambios que impone la sociedad moderna.

Durante todo 2013, de un total de 1538 muertes que se produjeron en la ciudad, 432 fueron a la cremación, una práctica cada vez más en uso.

En lo que va del año, de acuerdo con esas mismas estadísticas, ya hay 425 cremaciones, por lo que la cifra, sin dudas, auSALA ALDERETEmentará considerablemente a fin de año.

Las cremaciones pueden estar o no acompañadas del tradicional velorio, aunque la mayoría de las veces los familiares prefieren una ceremonia sencilla en el cementerio, donde se trasladan los restos de las personas para el posterior servicio.

Cambios

Las cifras de CALF también indican que muchos prefieren que los difuntos sean trasladados al cementerio sin ningún tipo de celebración, como el velorio. En 2013, 242 neuquinos fueron directamente desde clínicas, hospitales o domicilios particulares al camposanto sin pasar por la sala velatoria. Los números de este año indican que en la misma situación quedaron 210.

De la misma manera, la duración de los velorios también se acortó. La cooperativa les da a los familiares la opción de cerrar la sala velatoria durante la noche y celebrar la despedida en horas de la mañana, algo que la mayoría acepta. En algunos casos, especialmente en el oeste, lo hacen por cuestiones de seguridad, debido a una serie de robos que se han producido durante la madrugada o episodios de violencia cuando el difunto estuvo involucrado en algún hecho delictivo.

Costumbre

¿A qué se debe este fenómeno? Indudablemente, a un cambio paulatino que se está dando en la mayoría de las sociedades y a la necesidad de evitar que la angustia de una familia se prolongue durante todo un día, más allá del lógico dolor que acompañará en el futuro.

El origen de los velatorios tiene raíces en la edad media, época en la que mucha gente moría envenenada por el uso de platos y vasos de estaño que, al contacto con algunos alimentos o bebidas, generaban reacciones químicas que producían estados de catalepsia, que simulaban la muerte.

Ante la posibilidad de que, en efecto, la persona pudiera estar viva, los familiares colocaban el cuerpo sobre una mesa durante varios días esperando que el difunto volviera en sí.

A medida que pasaron los años, esta costumbre se transformó en una celebración religiosa que es aprovechada por familiares y amigos para despedir a un ser querido del mundo de los vivos.

En algunas culturas, se toma este ritual como una celebración en la que se sirve comida y bebida a los presentes como una forma de honrar a la persona que murió.

En algunas provincias, especialmente en el norte del país, todavía se mantiene la tradición de los velorios, incluso en casas de familia, durante una jornada entera.

GARAYO: “HAY UN CAMBIO EN LA CULTURA NEUQUINA”

El presidente de la Cooperativa CALF, Fernando Garayo, aseguró que hay un cambio en la cultura de la gente a la hora de despedir a sus seres queridos y dijo que lo que llama la atención es la cantidad de cremaciones que piden los asociados.

“Hay entre 15 y 18 cajones en espera y un 30 por ciento de la cantidad de servicios terminan en cremaciones. Es una cifra importante”, explicó en diálogo con este diario.

El dirigente cooperativista consideró como un hecho positivo que la gente opte cada vez más por las cremaciones que poSALA SEPELIOS GODOY  005r los servicios tradicionales, debido al poco espacio que tienen los dos cementerios públicos producto del enorme crecimiento que tuvo la ciudad en los últimos años.

Garayo dijo que muchos vecinos, antes de morir, expresan su voluntad de que sean cremados y que las cifras van en aumento todos los años.

“Incluso es cada vez más común que una persona le diga a sus familiares el lugar donde le gustaría que arrojaran sus cenizas cuando se muera. Es un cambio en la cultura”, aseguró.

La cooperativa CALF cuenta en la actualidad con 57.000 afiliados al servicio de sepelios, de un total de 80.000, y que para estar incluidos en esta prestación deben abonar 50 pesos mensuales para cubrir a todo el grupo familiar.

Si se tiene en cuenta que por cada medidor puede estar incluido un promedio de cuatro personas, el servicio abarca una gran cantidad de gente.

“Es muy poco el precio que se paga si uno tiene en cuenta que un sepelio privado lo están cobrando entre 14.000 y 20.000 pesos”, dijo el presidente de la cooperativa.

www.lmneuquen.com.ar