Aparte del gas, desde el sábado subirá el transporte. Para mayo, quedará el incremento en el agua y después habrá otra tanda en trenes y colectivos, prevista para junio. De esta forma, se cerraría el aumento de «regulados» del primer semestre.
Para la segunda mitad del año, la previsión indica que se modificarán las tarifas de luz en agosto. En gas, el ajuste sería en octubre. Y en el sector del transporte también habrá de otras correcciones que podrían terminar de coronarse hacia diciembre.
Desde el domingo, un boleto promedio de colectivo -3 tramos- subirá a $ 9,50. Es un 11,7% más que los $ 8,50 que vale ahora y casi un 50% más que los $ 6,50 que valía en enero. En trenes, el Gobierno separó ciertas líneas (Mitre, Sarmiento, San Martín) de otras que venían con mayor deterioro (como la Roca).
En el primer segmento, un desplazamiento entre cabeceras (las que llegan a Once y las más importantes de Retiro) subirá de $ 8 a $ 9, lo que representa un 12% más. Con relación al precio de febrero, el alza es de 50%, ya que pasar la SUBE por los molinetes del tren implicaba un gasto de $ 6.
El presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger, cree que los aumentos «nominales» de transporte -de entre 33% y 37% en febrero- disminuyen cuando se aplica la tarifa «multimodal», que activa descuentos para segundos y terceros viajes.
De todas formas, con los aumentos de abril, es casi imposible que ahora alguien pague menos por desplazarse que en enero, antes de los incrementos.
El servicio de aguas y cloacas, subirá un mínimo de 26% pero en mayo. También habrá una quita de subsidios para casi un 30% de sus clientes (más de un millón de hogares). En ese caso, el impacto en esos bolsillos será del 68%, aunque escalonado y desde julio.
Como una de las razones para justificar el aumento del gas, las distribuidoras argumentan que pagarán en octubre por el fluido que demanden durante el invierno. Por eso, el precio que miran es el del dólar para esa época. Ecogas lo estimó -a fines de enero- en $ 22,27, mientras que Gas BAN lo situó (en base a proyecciones de mercados de futuros) en $ 22,29. Las recomposiciones que solicitaron están en línea con la cotización futura del billete estadounidense.
Los combustibles también son una incógnita. Las petroleras suben con las variaciones del dólar, o por la depreciación del peso. También modifican los surtidores cuando aumenta el precio del barril de crudo, que es un valor internacional. Este último se encuentra estable desde las últimas remarcaciones de febrero. En el sector dicen que todavía hay un «atraso». «Si los medimos en dólares, los valores son inferiores a los de noviembre», refunfuñan en privado.
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