La subsecretaria de Ahorro y Eficiencia Energética, Andrea Heins, comunicó ayer el lanzamiento del Programa Nacional de Educación para la Eficiencia Energética en conjunto con los ministerios de Educación de la Nación y de la Ciudad de Buenos Aires, con el objetivo de reducir el consumo un 5,7% para 2025 «comparado con un escenario business as usual, es decir, una situación en la que no se hiciera nada».
«Eficiencia no es bajar el consumo, que es algo que no se puede lograr en un país con crecimiento económico y mayor demanda, sino que es cuidar y valorar los recursos», explicó la funcionaria del Ministerio de Energía y Minería de la Nación. «Es algo que va más allá de la coyuntura de déficit energético y la crisis en el sector, porque la eficiencia contribuye a disminuir las necesidades (y, por tanto, achicar las importaciones) y a la lucha contra el cambio climático», siguió.
Heins se refirió también a la frase del presidente Mauricio Macri acerca del «cóctel siniestro» del que, para él, forma parte el uso de los aires acondicionados. «No queremos que se dejen de usar, no hay que pasar calor, pero que el consumo sea a conciencia. Hace años que es un hábito llevar abrigo cuando vamos al cine en pleno verano, es ridículo», ejemplificó. Por cada grado que se baja estos equipos de climatización, se incrementa un 8% la demanda de energía eléctrica.
El plan de capacitación tiene tres componentes: incentivar la formación en educación superior, cursos para unos 50 mil docentes y promover la innovación en la eficiencia energética.
Por otra parte, Heins confirmó que el año que viene se realizará un censo para obtener datos sobre el uso de la energía en los hogares y conocer cómo cocinan, lavan, se iluminan y se climatizan los usuarios residenciales. La funcionaria indicó que ese sector representa «aproximadamente un 27% del consumo de toda la matriz energética» y el resto corresponde a industria, transporte y comercio.
A su vez, comentó que trabajan con el Ministerio de Producción para relanzar un Plan Canje de electrodomésticos (tras la fallida experiencia de la gestión anterior en el Área Metropolitana de Buenos Aires), y encontraron dificultades por las limitaciones en la capacidad de reciclaje de los equipos antiguos. «Tendríamos que contar con centros especiales de reciclaje en cada provincia, porque no se pueden trasladar residuos peligrosos», dijo.
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