Los paneles solares logran una disminución en el consumo de la energía; los costos oscilan entre US$4000 y US$6000, incluyendo la instalación. En la era de la tecnología conectar a las personas con la energía ecológica comenzó a transformarse en una necesidad. El costo de los servicios, tanto en Europa como en América Latina y la escasez de los recursos naturales conllevan a evaluar nuevas estrategias para cuidar el bolsillo y el medio ambiente. La posibilidad de inyectar energía a la red eléctrica y aportar a otros consumidores un recurso ecológico será una tendencia ineludible en los próximos años.
Los beneficios de la energía solar y sus funcionalidades cada vez toman mayor relevancia en la ciudadanía. El paso inicial es la toma de conciencia de la finitud de los recursos naturales y la importancia de realizar inversiones en este aspecto para obtener un mundo más sustentable. Así es como por ejemplo, en las nuevas construcciones residenciales ya planean montar instalaciones solares en las terrazas que sean capaces de abastecer parte de la energía eléctrica de las zonas comunes y disminuir no solo el consumo sino también el valor de las expensas por haber reducido el gasto con la empresa prestadora del servicio.
En el marco doméstico, una de las principales ventajas es que las compañías homologaron el cambio de medidores por lo que los usuarios pueden tramitar un medidor bidireccional, es decir que la energía que se produzca y no se consuma pueda aportarse a la red. De esta forma, la energía generada por paneles solares no se pierde dado que, en el caso hogareño, no se utilizan baterías para almacenamiento. Inicialmente la energía producida va al consumo del hogar pero, si la casa no está consumiendo en ese momento o el consumo es inferior a lo que se genera, el excedente se traslada a la red.
En líneas generales, los picos de consumo se dan entre las 18 y 19 horas, cuando la gente vuelve a sus hogares y ahí sí, hacen uso de la iluminación, del microondas, de la calefacción, el aire acondicionado y demás electrodomésticos del hogar.
Sin embargo, el pico de generación de energía solar se da a nivel del mediodía, es una curva que arranca a las 7 u 8 de la mañana y termina cuando se va el sol a las 18 o 19 horas dependiendo la zona y la época del año. Entonces, cuando efectivamente se concreta el consumo de electricidad se compensa, de alguna manera, con la energía que se inyectó en las horas de menor consumo y mayor generación. En este tipo de instalaciones no se acostumbra hacer acumulación en baterías ya que acarrea otra complejidad como su mantenimiento o la realización de un análisis para conocer cuándo se debe descargar esa energía que está en las baterías.
A nivel industrial, cada vez son más las empresas que se deciden a invertir en estas tecnologías. Incluso, existen casos donde los fines de semana no trabajan pero dado que los paneles solares siguen en funcionamiento, aprovechan esa energía generada para reducir los costos en las facturas de luz.
A nivel nacional, la matriz energética tiene un 95 por ciento de origen de combustible fósil motivo por el cual hay que destacar que haber obtenido la homologación de los medidores bidireccionales es un logro más que importante ya que funcionará como incentivo para que particulares e industrias se animen a realizar inversiones no solo para cuidar su bolsillo sino también el medio ambiente.
Es importante tener en cuenta que las provincias del centro del país hacia el Norte son más convenientes para este tipo de instalaciones ya que cuentan con mayores niveles radiación solar y por ende tienen mayor rendimiento. Aunque parezca una obviedad, además, hay que contemplar que cada panel mide dos metros cuadrados y hay que contar con el espacio para poder realizar la instalación del sistema.
La colocación es simple y se acopla a la existente sin la necesidad de reformar la instalación eléctrica actual ni adecuar los equipos actuales, solo es necesario agregar una entrada más al tablero eléctrico desde donde se aportará la energía que se genera.
En la actualidad, en la Argentina este tipo de tecnologías son importadas (generalmente de China) y tienen un costo que oscila entre US$4000 y US$6000, esto incluye el valor de compra y de colocación. Un valor agregado de estos sistemas es que los paneles solares pueden generar energía monofásica, para el consumo domiciliario o trifásica como en las instalaciones industriales. Además de los paneles, es necesario contar con un equipo que convierta el tipo de energía que se genera (corriente continua) con el tipo de energía que se necesita en el funcionamiento del hogar (corriente alterna).
Según estadísticas, para amortizar los costos de instalación el tiempo aproximado es de entre 7 y 10 años y los equipos tienen una vida útil, según sus fabricantes, de aproximadamente 25 años. Este análisis contempla el mantenimiento que es mínimo.
Como complemento, también se utilizan softwares que se integran a los equipos que indican un estimado de la energía generada día a día desde una amigable interfaz web que puede incorporarse como una app a cualquier teléfono inteligente, tablet o verse desde la PC para que los responsables de los servicios cuenten con la posibilidad de controlar la generación y el estado de las instalaciones. Así mismo, es posible optimizar procesos mediante la recolección de datos de cada dispositivo o su análisis y controlar mediante la realización de informes una estrategia de gestión energética eficaz que simplifique los procesos y actividades de gestión energética y de recursos en cada una de las instalaciones.
Una vez que esta tendencia ecológica se masifique, será cuestión de esperar para ver las primeras inversiones importantes para desarrollar estas tecnologías a nivel nacional ya que la Argentina cuenta con las tecnologías para poder hacerlo. Será cuestión de que se estabilice la situación económica del país y que la demanda interna estimule la inversión, a sabiendas de que después la podrá recuperar.
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