El presidente de la cooperativa eléctrica CALF, Carlos Ciapponi, ratificó que tomó la decisión política de no trasladar a las facturas el último aumento aprobado por Nación. Indicó que problema central radica en el precio de la energía que tiene el país. La suba, que rige desde el 1 de febrero, representaría alrededor de un 50% más para el bolsillo de los neuquinos y desde el organismo aseguran que su traslado romperá la cadena de pagos en el sector.
“Actualmente el 20% de los usuarios (unos 18 mil) tiene problemas para pagar. Una parte es tarifa social y la otra son clientes que pagan una porción y refinancian el resto. Si se aplica la suba que dispuso Nación ese número llegaría al 40%”, explicó a “Río Negro” Ciapponi, quien la semana pasada se reunió con el secretario de Energía, Gustavo Lopetegui.
Según cálculos realizados por los técnicos de CALF, una boleta de una familia que en 2016 pagaba 300 pesos pasaría a un valor cercano a los 5.400 pesos. Aún sin aplicarse el aumento la situación ya fue advertida por un grupo de comerciantes que le manifestaron a las autoridades de la cooperativa las graves dificultades que atraviesan para pagar el servicio.
Para Ciapponi el grueso del conflicto pasa por el precio que tiene la energía y, en menor medida, por el resto de los componentes que tiene la factura como impuestos nacionales, tasas municipales y los costos operativos (VAD). Explicó que el megawatt tiene un valor de 74 dólares cuando en Estados Unidos cuesta alrededor de 40 dólares. “Por ejemplo nos cobran el precio del gas importado para la generación que está cerca de los 7 dólares cuando en la Cuenca se paga no más de 4 dólares”, se quejó.
“Lo que está mal es el sistema eléctrico nacional. Está como la Ruta 22: rota y en obra desde hace años”, graficó Ciapponi.
Críticas e intereses
La estructura de gastos de las cooperativa se modificó en los últimos años. Uno de los puntos que se le cuestiona a CALFes la masa salarial, pero según Ciapponi actualmente representa un 28,42% cuando -por tratarse de una prestadora de servicios- debería superar el 50%.
El presidente del organismo aseguró que durante muchos años la cooperativa funcionó sin realizar obras y alertó que en el mediano plazo eso afecta la calidad del servicio. “No vamos a resignar calidad. Otras distribuidoras, las grandes (en referencia a Edenor y Edesur), tienen y tuvieron muchos beneficios financiándose por no pagarle a Cammesa y luego recibieron planes de pago con costso bajísimos”, indicó.
Según Ciapponi, Lopetegui le advirtió que en caso de no pagar a Cammesa -la administradora del mercado eléctrico- la totalidad de la factura, la cooperativa entraría en mora y que incluso se judicilizará el no traslado del aumento. El presidente de CALFcalificó de “usura” los intereses que se le aplicarán: “nos advirtieron que a los 10 días del vencimiento comienzan a acumularse intereses con un tasa del 15% mensual lo que cual es una barbaridad. Pero bueno, se generará la deuda porque no vamos a pagar la suba”.
En números
$105 millones es lo que CALF le pagó en la última factura a Camessa. En 2016 $6,2 millones. Con la suba llegaría a $150 millones.
40% de los más de 90.000 usuarios que tiene CALF podrían tener dificultades de pago si se aplica el último aumento de Nación.
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