Las tarifas de luz habían subido un 700% en 2016 y este año se ajustaron otro 68%. También en Capital, las boletas de gas serán este invierno entre 190 y 450% más altas. Esos saltos llevarían a pensar que los usuarios, al comprar electrodomésticos, deberían volcarse a las opciones más eficientes, que gastan menos energía. Pero sucede lo contrario.
Explican en los comercios que, tras el alza de tarifas, los compradores volvieron a consultar por el gasto de energía de los artefactos, tema que venía casi olvidado. Cuentan también que las marcas, con la importación reabierta, hoy ofrecen más aparatos ultra eficientes, como los de tecnología Inverter. Pero también admiten que, por ahora, casi nadie los lleva.
Al comprar aires, heladeras, lavarropas o calefones, 9 de cada 10 personas siguen eligiendo las opciones comunes. En parte porque las opciones de punta, aunque permiten ahorrar a largo plazo, exigen un alto pago inicial. Un relevamiento de Clarín mostró que cuestan entre 30 y 100% más.
Los aires split Inverter, por caso, son silenciosos y prometen un consumo hasta 35% menor. Pero eso cuesta. Uno chico de 2.300 frigorías se paga $ 15.000 si es Inverter con eficiencia clase A -la más alta-, contra $ 8.100 de uno tradicional con clase B para frío y C para calor. Similar, otros de 3.000 frigorías pasan de $ 11.800 a $ 16.000, y en uno de 4.500 frigorías el salto puede ser de $ 19.000 a $ 25.000.
Así, hoy sólo el 5% de los compradores los elige. En 2016 eran el 2%. «La suba es gradual y creemos que en los próximos años será exponencial, ya que las tarifas siguen en alza y hay oferta», explica Sebastián Zimmerman, gerente de Aire Acondicionado Individual de BGH. Y dice que, en esto, el país viene «retrasado»: en Brasil ya son Inverter el 32% de los aires vendidos; y en Europa, el 75%.
En heladeras pasa algo parecido. «En la región el 70% es no frost, que enfrían mejor y evitan descongelar. Pero en Argentina son el 20% y el resto son las cíclicas, menos eficientes», compara Alejandro Toscano, gerente de Comunicación de Whirlpool. Además, sólo algunas no frost tienen a la vez motor Inverter, dupla que baja el consumo eléctrico «hasta un 50%».
Pero los precios, de nuevo, desalientan. Equipos inoxidables de 300 litros con freezer se van de $ 10.200 a $ 17.000 al pasar a Ia versión más eficiente. Y con más de 400 litros, una común clase A cesta $ 13.000, contra $ 21.000 de una no frost Inverter clase A++.
Habrá nuevas etiquetas para comparar la eficiencia de aires y lavarropas
En lavarropas, los Inverter ahorran hasta el 50% de la energía y 70% del agua, según Whirlpool. Pero a los valores actuales no llegan al 10% de los 800.000 equipos que se compran al año. Uno con 7 kilos de capacidad, por ejemplo, cuesta $ 13.200, frente a $ 7.400 de uno común.
En calefones hay brechas algo menores. Los automáticos sin piloto que impulsa el Gobierno para ahorrar gas valen de $ 4.400 a $ 5.000 en la versión de 14 litros, cuando los comunes arrancan en $ 3.900. En Garbarino, el 3% de los vendidos en 2016 fueron automáticos y ahora son el 7%.
“Hay más interés en los productos de mayor eficiencia, pero aún no vemos que eso determine la compra», resume Rafael Guastavino, gerente de Línea Blanca de la cadena. Alejandro Taszma, director comercial de Frávega, coincide: «Las consultas sobre gasto energético crecieron, así como la oferta de equipos eficientes, pero al decidir el precio sigue siendo muy importante».
«En el mundo la energía es muy cara para los hogares y eso masificó estas opciones. Pero en Argentina, tantos años de tarifas bajas e importación limitada distorsionaron las decisiones. Aún son algo minoritario, de nicho, porque la gente sigue sin sentir que el mayor gasto se recupera pronto», remarca Eduardo Echevarría, gerente de línea blanca de la consultora GfK.
La excepción, por ahora, está en iluminación. Las lamparitas LED, de mínimo consumo y hasta 15 años de vida útil, ya cuestan casi lo mismo que las llamadas “bajo consumo” y se masificaron. «En 2015 eran 3% de las ventas, pero en 2016 fueron el 25% y esperamos este año superar el 45%», comenta Germán Fiocchini, gerente de Marketing de Philips .
Son apuestas que, luego, generan grandes ahorros por décadas. Como ya se informó, datos oficiales permiten calcular que un «hogar tipo», si renueva todos sus aparatos por versiones eficientes, puede pagar facturas de luz hasta 70% más baratas.
El Gobierno evalúa un “plan canje” y apuesta a generar conciencia
En el Ministerio de Energía adelantaron a Clarín que están trabajando con la cartera de Producción en un programa para que la gente de todo el país pueda acceder a los electrodomésticos más eficientes a bajo costo, entregando a cambio los más gastadores que actualmente usan. Admiten, igualmente, que su lanzamiento está lejos de ser inminente por lo «complejo» que resulta darles un destino a los artefactos viejos.
«Requiere organizar un sistema de reciclado y algunos equipos generan residuos peligrosos, como las heladeras y los acondicionadores de aire, lo que impide que se puedan transportar de una provincia a otra», explican. «Se debe resolver el tema de los residuos -añaden- o será necesario un centro de reciclado en cada provincia, si quisiéramos darle al plan un carácter federal.» Mientras tanto, desde la Subsecretaría de Ahorro y Eficiencia Energética lanzaron en estos días una campaña masiva para generar conciencia. Otras acciones que pusieron en marcha fueron darles clases sobre el tema a docentes de escuelas primarias y a vendedores de electrodomésticos y artefactos a gas.
Otra iniciativa oficial apunta a prohibir por ley los calefones con piloto, al tiempo que se les reducen impuestos y aranceles a los equipos automáticos, más eficientes. Apoyarán, para eso, un proyecto de ley ya presentado por Fernanda Verasay, senadora por Mendoza de la UCR.
www.clarin.com