Tanques recolectores de agua de lluvia para utilizarla en el riego de los espacios verdes o en las descargas de inodoros, paneles fotovoltaicos y termotanques solares para la generación de agua caliente o maderas provenientes de bosques certificados por su manejo responsable son solo algunas de las características de los nuevos edificios sustentables en su búsqueda por reducir el consumo de agua y de energía o de generar menos residuos sólidos.
Esta forma de construir, es una tendencia que perdura en el mercado de oficinas tanto por su contribución al cuidado del medio ambiente como también por la reducción de costos, la mejora en la salud de los empleados y el aumento de la productividad.En el mercado argentino se destacan algunas propuestas innovadoras, impulsadas por desarrolladores que no sólo buscan certificar sus edificios con LEED (el sistema mundial líder de construcciones «verdes»), si no que adicional a eso, le apuestan a edificaciones modernas, que replantean la forma de trabajo de las organizaciones, apuntando a cautivar un mercado de nuevas generaciones con espacios disruptivos de trabajo construidos para inspirar experiencias innovadoras y creativas, al cual las compañías se irán adaptando para retener y mejorar la productividad de su recurso humano.
Desde un informe de la compañía Colliers International, el experto en el mercado de oficinas Juan Manuel Farola denota esta tendencia como una ventaja competitiva dentro de un mercado en expansión, marcando una mayor probabilidad de pronta ocupación. A futuro destacan proyectos como el de «Hi», un inmueble a tono con las últimas tendencias del mercado global, diseñado por el estudio francés AS Architecture, que plantea un cambio notable en el corredor Panamericana con sus 16.000 m² y certificación LEED Platinum.
El mercado de oficinas de Buenos Aires, cuarto en la región en términos del tamaño del inventario medido sobre número de población (después de Ciudad de México, San Pablo y Santiago de Chile), cuenta con 17 edificios con certificación LEED en operación y con otros 54 proyectos registrados, es decir en proceso de certificación, según el informe de Colliers International en base a datos del US Green Building Council. El estudio indica además que si bien esas cifras son en general menores a las de la capital chilena, mercado comparable al nacional por encontrarse también en expansión y con un índice similar de vacancia, las dos metrópolis coinciden en contar con dos certificaciones Platinum, la máxima distinción en la categoría Core and Shell.
El espejo chileno
«Las grandes construcciones que se proyectan para los próximos años apuntan en su mayoría a un nivel de certificación LEED. El mercado en general está exigiendo las nuevas tendencias por ahorro y producción así que muchos desarrolladores ya están en carrera de cumplir con esa demanda», señala Alejandra Mora, Analista Comercial & Research de Colliers y una de las autoras del informe.
Según los expertos, el mercado local de oficinas se encuentra en una etapa de alta demanda, por lo que se trata del momento ideal para plantearse qué tipo de emprendimientos se desarrollarán para responder a ella. En ese sentido, observa el informe de Colliers, destaca que: «los espacios con más altos estándares de calidad, en los cuales la sustentabilidad es un factor diferencial, no solo por el impacto económico y de posicionamiento que tiene sino también por el aumento en el bienestar y la productividad de los miembros de los equipos de trabajo».
Esta tendencia ya puede advertirse con mayor intensidad en Santiago de Chile, quien con sus 56 certificaciones LEED y sus 127 proyectos en proceso es quizá hoy por hoy el mejor espejo para Buenos Aires. Si bien el mercado de oficinas chileno difiere bastante del argentino en términos de tamaño, es útil comparar el desarrollo que han tenido pues comparten algunas otras variables. Por ejemplo, se encuentran en el mismo ciclo de expansión de real estate y cuentan con la menor vacancia regional: 5.6% para Santiago y 6.8% para Buenos Aires. En cuanto al mercado de oficinas Premium A+ y A, Santiago cuenta con un inventario de 2.381.365 m² y Buenos Aires le sigue los talones con 1.830.524 m². Pero en general ambos son mercados que se proyectan a futuro debido a que cuentan con una oferta inelástica, producto de un stock que no está inmediatamente disponible para satisfacer la demanda a causa del «development lag» que es, básicamente, el tiempo que tarda un edificio en ser construido.
En la actualidad es evidente la creciente e incesante toma de conciencia sobre la realidad del medioambiente y la necesidad de preservarlo por parte de organizaciones y empresas de primer nivel, tanto en países desarrollados como en aquellos que están en vías de desarrollo. Por eso también es cada vez mayor la oferta de productos que cuentan con las certificaciones de sustentabilidad requeridas por la Norma LEED para ser utilizados en la construcción de los edificios y en el equipamiento de los mismos. Transformar la forma en la que son construidos y diseñados permite el desarrollo de comunidades más sanas, socialmente responsables y ambientalmente prósperas. Por todo ello es que el mercado de oficinas argentino tiene hoy la gran oportunidad de abordar esta problemática de la sustentabilidad y acompañar así la tendencia regional y global.
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