En 2019, cayó el consumo de combustibles, gas natural y electricidad en todos los segmentos. La profundización de la crisis económica durante 2019 se tradujo en el sector energético en una fuerte caída de la demanda de electricidad, gas y combustibles líquidos.
De acuerdo al Informe de Tendencias del IAE General Mosconi, la demanda total de energía eléctrica durante el año pasado registró una disminución del 3,1% con respecto a 2018. La caída no obedeció a factores climatológicos sino a la profunda recesión que atraviesa el país, y se sintió en todas las categorías de consumo: la residencial disminuyo´ 2,8%, mientras que la comercial y la industrial cayeron 3,1% y 3,5%, respectivamente. En el último cuatrimestre del año comenzó a evidenciarse un repunte sostenido.
El mercado de los combustibles, por otra parte, tuvo durante 2019 una caída del 1,2% en las ventas acumuladas respecto al año anterior. En el caso del gasoil, la versión común, que comprende el 75% del volumen comercializado, la baja fue del 0,6%. Mientras que para los productos premium la baja fue aún mayor: 1,2%.
El mercado de las naftas tuvo un comportamiento particular. La caída fue más abrupta en los productos más caros (-14,1%), por lo cual se tradujo en un crecimiento anual de las naftas súper (3,1%) por el cambio de hábito de los automovilistas en busca de cuidar el bolsillo. En el global, las ventas acumuladas de las naftas cayeron 1,9%.
La Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines de la República Argentina (CECHA) destacó que en diciembre se cortó la inercia de sustitución de premium por súper, y que los productos más caros comenzaron a recuperar clientes.
“Más allá de la migración a premium, hubo un sostenido incremento motivado por la estabilidad luego de las elecciones y la mayor circulación de autos en vísperas de fin de año”, indicaron desde CECHA. Se trata de un dato alentador teniendo en cuenta que desde mediados de 2018, cuando estalló la crisis de la deuda externa, se registraron caídas mensuales de entre el 25 y el 30%.
“El incremento no está nada mal para todas las vicisitudes que se vivieron a fines de 2019, con congelamiento de los precios del 9 de agosto al 13 de noviembre y la consecuente falta de abastecimiento por parte de algunas de las empresas petroleras”, agregaron los estacioneros.
En términos desagregados por tipo de usuarios, el gas entregado a los usuarios residenciales se redujo 3,6% en comparación con 2018 y las centrales eléctricas consumieron un 14% menos; mientras que la industria registró una suba del 3%.
Los datos de consumo de gas natural muestran un repunte de la demanda desde el mes de septiembre, que sugiere una recuperación sostenida en los niveles de consumo.
A contrapartida de la baja del consumo, la oferta de gas, impulsada por Vaca Muerta, creció a un ritmo de 5% (6,4 MMm3/d mayor).
A su vez, el balance exterior indica que durante el año 2019 se importaron 18,8 MMm3/d (7,5 MMm3/d menos que en 2018) mientras la exportación anual fue, en promedio, de 5,3 MMm3/d. “Esta situación revela que la sustitución de importaciones y la exportación de gas están determinadas no solo por la expansión de la oferta sino también en idéntica cantidad por una fuerte disminución de la demanda anual interna”, indica el informe del IAE.
Vaca Muerta se destaca
Durante el año pasado, pese a las crisis económicas y el congelamiento de precios en la segunda mitad del año, la producción de hidrocarburos de Vaca Muerta tuvo un notorio crecimiento.
La extracción de shale oil aumento´ 58% respecto al año anterior y representa actualmente el 17,8% del total del petróleo producido en el país. El principal productor es YPF que extrae el 69% del crudo que aporta Vaca Muerta.
Por otra parte, la producción de shale gas creció´ 70,3% durante el año 2019 y representa el 23,4% del total del gas producido en el país, con un promedio de 31,6 millones de m3/d. En este caso hay tres operadores de importancia: Tecpetrol, YPF y Total.
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