EL GAS Y LA LUZ SEGUIRÁN BARATOS PARA LA MAYORÍA DE LOS PORTEÑOS

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A pesar de los aumentos muy significativos que han tenido las tarifas de gas y electricidad desde que asumió el actual Gobierno, la mayoría de los usuarios sigue pagando relativamente poco, y lo que se cobra en total está lejos de cubrir los respectivos costos

En esas realidades se van apoyar las autoridades para justificar los reajustes que presentó en las audiencias públicas para tratar las tarifas de gas el último miércoles; y hoy, para la electricidad.

De acuerdo con datos oficiales, más de la mitad de los 8 millones de clientes residenciales de las distribuidoras de gas de todo el país paga menos de 250 pesos por mes. Esa factura le resulta más barata que, por ejemplo, los $299 que cuesta el abono Comunidad Más 2G de Movistar, que por cierto no es un abono de gran prestación.

Dentro de los casi 4,2 millones que paga menos de $250 se encuentran 1,3 millones de usuarios beneficiados por la tarifa social. En total, esta tarifa especial alcanza a 1,9 millones, pero hay 362.600 que pagan entre 250 y 500 pesos por mes, y el resto más de 500 pesos.

Del cuadro también surge que más de dos tercios de los usuarios de gas (68,9%) paga menos de $500 por mes, y que sólo el 10,1% paga más de 1.500 pesos.

Con la electricidad sucede algo similar en el área metropolitana cubierta por Edenor y Edesur. Hay que recordar que mientras el gas cuesta lo mismo en todo el país (con algunas excepciones), la luz es mucho más cara fuera de Buenos Aires.

En base a los datos de Edenor (los de Edesur no difieren en lo esencial), casi dos tercios (64,5%) de los clientes residenciales y pequeños comercios paga menos de $500 por mes. Eso es menos que los $637 que cobra Cablevisión por el llamado abono Clásico.

La factura que recibe el 22,3% de los clientes no llega a $100 mensuales, equivalentes a una entrada de cine aprovechando el 2 x 1. Y cerca de la mitad paga menos de $300, que no alcanza lo que cuesta una entrada a un partido de fútbol o lo que hay que agregar al abono de cable HD para ver la Superliga. Una porción considerable de éstos están beneficiados por la tarifa social, que en el caso de Edenor abarca a uno de cada cuatro usuarios.

Convencidos de que el gas y la luz siguen siendo relativamente baratos, de que los hogares más necesitados están aliviados con la tarifa social, y urgidos para reducir el déficit fiscal mediante el recorte adicional de subsidios que supone el ajuste tarifario, el Gobierno planteó aumentos del orden del 40% al 58% para el gas, con un promedio de 45%; y de algo más del 50% para electricidad.

No es por cierto lo que propusieron algunos de los candidatos durante la reciente campaña electoral. Sergio Massa insistió en que las tarifas no pueden subir más que el salario, lo que implica congelar el atraso tarifario. Martín Lousteau propiciaba una recuperación gradual de 8 puntos por encima de la inflación por año. Esta última alternativa prolongaría un subsidio que en medida importante beneficia a la clase media y alta.

Más allá de los datos y de los razonamientos, no hay duda de que los aumentos no van a ser bien recibidos por la sencilla razón de que a nadie le gusta pagar más.

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