Se llama consumo vampiro y tiene una alta incidencia en la factura.

Final de la jornada laboral; los teléfonos dejan de sonar, cada trabajador se va para su casa. Durante las siguientes horas, nada pasará en la oficina. O eso parece porque en realidad, algo silencioso está ocurriendo: son aparatos eléctricos que siguen en funcionamiento de manera no productiva. Eso, se conoce como “consumo vampiro”.

Según un informe de Wabee, la empresa que creo el monitor inteligente de energía en tiempo real, realizó un relevamiento sobre “consumo vampiro” en las oficinas. Los datos son elocuentes.

Un mínimo control puede resultar en un ahorro significativo, sin contar el mayor cuidado del medio ambiente.

Cada computadora que queda encendida durante la noche, consume 80 vatios por hora. Una considerable fortuna cuando se lo multiplica por la cantidad de horas improductivas y por el número de computadoras.

En el mismo sentido actúa la iluminación: 18 vatios por hora promedio por artefacto que, cuando nadie está mirando, alumbran la nada.

Los dispensers y las heladeras tienen la particularidad de permanecer encendidos de manera ininterrumpida.

Datos de Wabee, determinan que, en promedio, el dispenser se enciende cada 30 minutos durante 4,5 minutos y en ese período consume 57 vatios por hora. Mientras tanto, las heladeras suelen encenderse 17 minutos cada hora y se llevan un consumo de 31 vatios hora. Más relevante es el aire acondicionado: el consumo promedio por hora es de 260 vatios.

DE acuerdo a los datos, el consumo total de una pyme promedio en el mes puede alcanzar los 792 kilovatios, lo que representa más de 2.400 pesos, sin considerar los impuestos que recaen sobre el servicio y el consumo.

Aquella vieja frase que decía: “el último que apague la luz” debería tomarse, hoy por hoy, de manera literal.

www.rionegro.com.ar