Analizando un trabajo conjunto, donde los jóvenes sean protagonistas, autoridades de CALF y responsables del Programa de Desarrollo Agroalimentario (PRODA), recorrieron dos predios de Huertas Protegidas, uno instalado en Cuenca XV y el otro en el Hospital Heller.
Es por demás gratificante los resultados que arroja la experiencia con nosocomio ubicado en el oeste capitalino, el cual está dirigido a pacientes con problemas Psicológicos, niños con dificultades de obesidad y a vecinos en general.
En cuanto a Cuenca XV, allí son varios los vecinos que prácticamente con lo que producen en la huerta logran el auto-abastecimiento en verduras para su hogar.
Este aprendizaje comunitario, es visto por las autoridades de la Cooperativa “como una alternativa más que valida en la convocatoria a los jóvenes a sumarse para aprender técnicas de autoproducción y que sin dudas aportará a la economía del grupo familiar” sostuvo Luciano Palma, integrante del órgano de conducción de CALF.
“Apuntamos a llevar en conjunto actividades en donde los jóvenes sean los protagonistas y eso a su vez, sirva para que la familia se sume. Hay sectores barriales que necesitan que tanto los organismos del Estado y las entidades intermedias desarrollen programas orientados a la economía hogareña y que a su vez contribuye con el mejoramiento de su calidad de vida” expresó Palma.
¿Qué es el PRODA?
Se trata de un programa innovador que hace del trabajo de la tierra, una actividad orientada a la autoproducción de alimentos y al fortalecimiento de la economía familiar.
Tiene tres ejes fundamentales: actitud hacia el trabajo; capacitación permanente, a través de cursos y talleres educativos; y el seguimiento riguroso de los procesos productivos.
El PRODA es un buen ejemplo de intervención territorial que se propone trabajar en la totalidad de los ejes del desarrollo local. Teniendo en cuenta la calidad de vida de las comunidades, la conservación de los recursos naturales, la construcción de la sostenibilidad, la autogestión y la participación ciudadana.
El desarrollo del Programa permite generar capacidades humanas de autogestión para lograr el fortalecimiento comunitario, mayor conciencia ambiental y reafirmar el desarrollo productivo.
Diez aspectos claves del programa
1. Es un Programa basado en Agricultura Urbana y el desarrollo de Barrios Productivos.
2. Comprometido con las transformaciones sociales tanto a nivel de desarrollo urbano-comunitario, como a nivel de sujetos individuales.
3. Estas transformaciones parten de cambios en los modos de ser de los huerteros y modifican el escenario social.
4. Realizado en condiciones adversas, tanto productivas (suelo, clima, etc.), como socio-culturales (modelo asist
encialista, cultura del subsidio, clientelismo político, etc.) y económicas (situaciones de marginalidad y exclusión).
5. Posible de ser replicado.
6. Se prioriza la participación real de los actores como eje fundamental y estratégico para alcanzar formas de desarrollo comunitario.
7. La comunicación y transferencia de conocimiento y tecnología. Entendido como proceso de intervención novedoso, donde la Huerta Protegida se constituye en un espacio social, tecnológico y educativo.
8. Énfasis en la mejora de la calidad, seguridad y soberanía alimentaria.
9. Impacto social del programa: formas de empoderamiento, a través de generación de oportunidades, apropiación de recursos con actores productivos y recuperación de la «cultura del trabajo».
10. Impacto ambiental positivo a partir de la recuperación de suelos degradados y facilitación de procesos de educación ambiental.