El Gobierno decidió acelerar la reducción de los subsidios del Estado nacional en las tarifas eléctricas: el año próximo representarán sólo el 18% del valor de la energía, aun cuando en el proyecto de presupuesto se estimó que serían del 37%. El dato se conoció el viernes en la audiencia pública que se hizo para considerar el precio mayorista de la energía.
En ese encuentro, el secretario de Energía Eléctrica, Alejandro Sruoga, indicó que en 2018 los usuarios se harán cargo del 82% del precio mayorista, y el 18% corresponderá a subsidio. También estimó que 2017 terminará con un 51% a cargo de la demanda y un 49% cubierto por subvención estatal.
Como consecuencia de esa decisión, el precio mayorista de la energía que se traslada a las facturas, pasará de $640 por megavatio/hora (o por 1.000 kilovatios) en la actualidad a $876 el 1 de diciembre, y a $1.077 el 1 de febrero. Esto significa un aumento del 36,87% en el mes próximo, al que se adicionará un alza del 22,9%, de modo que en total el incremento es del 68,2%. Para las industrias medianas y grandes en tanto, el precio de la energía pasará de $1.070 a $1.392, con un aumento del 30%.
Sruoga incluso no descartó que la suba de febrero pueda modificarse. «Tenemos una chance de hacer una reprogramación para febrero, marzo y abril, si los costos varían sustancialmente», dijo. Anunció también un cambio en la asignación de precios por el transporte que llevará el actual valor de $6 por megavatio a $34,8 en Capital Federal y GBA, y con menor incidencia en el interior. Así en la provincia de Buenos Aires, este costo que también se traslada a los usuarios pasará de $90,6 a $119,1.
Esta alza en el cargo del transporte, que va también a reducir subsidios según Sruoga, se explica por la necesidad de mayores inversiones en transmisión eléctrica, por lo cual presentó un plan por u$s2.850 millones, cuyo principal objetivo es incorporar a la red de transporte eléctrico las centrales de energía renovable del NOA.
El impacto de las medidas sobre las facturas de los usuarios sería variable para cada provincia. Según Sruoga, del 16% en diciembre y del 13% en febrero para Córdoba, y del 25% y 16% para Edelap, o del 25% y el 15% para Tucumán. «El impacto, dijo, será mayor en Edenor y Edesur, donde se está normalizando el VAD», en relación con los ingresos que perciben las distribuidoras.
Dicho de otra forma, el Gobierno nacional estima porcentajes menores de incidencia en las tarifas del interior, porque en gran parte de las distribuidoras provinciales pesa más lo que perciben estas empresas que el precio mayorista de la energía y el transporte, debido a que no tuvieron congelamiento como Edenor y Edesur. Habrá que ver, sin embargo, cómo se traslada efectivamente el aumento a los usuarios del interior.
Considerando el precio de la energía y el transporte, tal como fueron redefinidos el viernes, el segundo aumento de la revisión tarifaria integral para Edenor y Edesur, y el ajuste por inflación de los márgenes de las distribuidoras, el ENRE estimó en la audiencia que los aumentos para residenciales de Capital y GBA se ubicarán en diciembre en hasta un 39% para el 90% de los usuarios, en un 47% para el 10%, y en 55% para comercios y pequeños establecimientos industriales.
Sobre esas nuevas tarifas, se sumará en febrero un 18% para el 90% de los hogares, un 28% para el 10% restante, y un 15% para comercios. Uno de los problemas del cálculo es que para medir el impacto se considera la factura media de un hogar para todo el año, pero las alzas empiezan a regir justamente en el período de mayor consumo residencial por el uso de aparatos de aire acondicionado, por lo cual durante dos bimestres, las tarifas de hogares de Capital Federal y GBA se ubicarán más cerca de 400 kilovatios por mes haciendo un cálculo moderado del gasto eléctrico.
Por ese consumo se pagará alrededor de $600 mensuales antes de impuestos desde diciembre, y $ 700 a partir de febrero. Sólo con el IVA, sin los tributos municipales, esas facturas llegarán a $725 y $850, respectivamente.
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