LA TORMENTA HIZO DAÑO Y NO AYUDÓ A LAS REPRESAS

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Los más de 130 milímetros de agua que cayeron torrencialmente entre el domingo y el lunes no sirvieron más que para generar angustia en decenas de poblaciones de Río Negro y Neuquén y daños que costarán millones para municipios y los gobiernos de ambos provincias.

En términos técnicos y necesidades del aprovechamiento de las cuencas hidrográficas, la tormenta apenas si movió la aguja, ya que los embalses siguen en las mismas condiciones que antes y la sequía se mantendrá en los próximos meses.

Así lo aseguró ayer el presidente de la Autoridad Interjurisdiccional de Cuencas (AIC), Elías Sapag, al ser consultado sobre si semejante fenómeno meteorológico había traído algún beneficio. “La lluvia ayudó, pero no cambió la tendencia: sigue siendo seco en el Neuquén y extra seco el Limay y Collón Cura”, dijo el ingeniero en declaraciones a Radio y Televisión del Neuquén.

El funcionario explicó que en la actualidad hay un déficit del 40 por ciento de agua en el Limay, 40 por ciento en el Collón Cura y casi el 50 por ciento en el Neuquén. “Eso se da también en las acumulaciones en los embalses”, explicó el representante de Neuquén en la AIC, quien recordó que nieve ya no hay.

Sapag expresó que la tendencia de sequía no sólo va a seguir, sino que además se espera un próximo trimestre (noviembre a enero) muy seco y con altas temperaturas.

“Hemos guardado agua. La gente se ha quejado, pero nunca faltó para las ciudades y no va a faltar. Tampoco para el riego, como en esta época”, explicó el funcionario. Reconoció que a partir de semejantes lluvias se podría ahorrar un poco de agua que estaba destinada a riego. Pero sólo un poco.

“Seguimos guardando agua para poder llegar al inicio del próximo año hídrico en 2017 con una cantidad necesaria”, aseguró.

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