AHORRO ENERGÉTICO: CUÁNTO CONTRIBUYEN LAS VENTANAS CERRADAS

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La eficiencia energética en los ambientes, ya sea en casas, departamentos u oficinas, se convierte en una medida clave a incorporar en este tipo de diseño y las ventanas una vía para lograr la reducción de su consumo.

En el mundo, los edificios representan el 40% del uso de energía y materiales, el 33% de las emisiones de CO2, el 25% del uso de madera y el 17% del uso de agua. Son datos del Programa de las Naciones Unidas para el Ambiente, que ya ha alertado que el de la construcción es un sector crucial para hacerle frente al cambio climático por tener el mayor potencial para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.

La construcción sustentable está llamada a minimizar el impacto ambiental de las construcciones y el uso eficiente de la energía, así como optar por energías renovables, es una de las áreas que considera este tipo de arquitectura. De manera que, siendo los edificios responsables de una parte significativa del consumo mundial de energía, la eficiencia energética en los ambientes -casas, departamentos, oficinas- se convierte en una medida clave a incorporar en este tipo de diseño y las ventanas una vía para lograr la reducción de su consumo.

Una vivienda que no esté correctamente aislada, en invierno se enfriará rápidamente y en verano se calentará más, lo que se traduce en un mayor uso de calefacción y refrigeración, respectivamente, y por ende, en el consumo de energía no renovable.

Una ventana eficiente puede ahorrar energía y mejorar el confort térmico al interior de los espacios. ¿Cómo es esto posible? Adriana López, especialista en Eficiencia Energética, lo expone así: «Al pensar en ventanas eficientes tenemos que pensar en un sistema integrado por el perfil y el vidrio. Un vidrio común, normalmente tiene una pérdida importante y un perfil, si no tiene puente térmico también, por eso digo que es la combinación de ambas partes, el marco más el vidrio, la que hace que baje la condición del gasto de energía que tenemos normalmente», aclara López, quien es también jefa de proyectos de Tecnoperfiles, una compañía argentina que fabrica y comercializa perfiles (marcos) de PVC, el tercer polímero más utilizado en el mundo.

De acuerdo a los datos que maneja la empresa, los sistemas de perfiles de PVC permiten ahorrar entre un 25% y 30% de energía, ya que entre el 25% y el 30% de las necesidades de calefacción y refrigeración son consecuencia de las pérdidas y ganancias de calor que se originan en las ventanas cuando los materiales no son eficientes.

¿Y por qué el PVC logra ser un material eficiente a nivel energético? «El PVC como material en sí tiene un coeficiente muy bajo de conductibilidad, entonces ayuda a que tanto para lo térmico, que es lo que estamos hablando para la eficiencia energética, como para lo acústico, sea un material excelente. Acompañado de un buen doble vidriado, en el caso de una ventana hace que sea mucho más eficiente que una ventana de otro material», explica López.

En relación a otros materiales empleados en la arquitectura sustentable, añade, sus costos son bastante competitivos. Y en este sentido destaca su larga vida útil, entre 50 y 60 años.

Pero más allá de lo que puede significar la inversión en términos de ahorro energético por la durabilidad del material, el PVC cuenta con una característica que hoy en día es fundamental a tener en cuenta si se piensa que el planeta Tierra está cada vez más presionado por el calentamiento global: las emisiones de CO2 evitadas dado que con casi 3,6 millones de toneladas recicladas desde el año 2000 es el material más reciclado en la industria de la construcción.

«Es 100% reutilizable. Los desechos del PVC, en el caso de las carpinterías, después se destinan a fabricar mangueras, zócalos. Lo hacés en el mismo proceso industrial, esa es la diferencia. Nosotros en nuestra misma fábrica lo hacemos scrap y lo volvemos a utilizar con lo cual no hay movimiento y se evitan emisiones por traslado y transporte», destaca López.

¿Cómo, entonces, se puede identificar una ventana eficiente? Como en cualquier electrodoméstico, por el etiquetado. La etiqueta fue desarrollada bajo la norma IRAM 11507 – 6 de carpintería de obra y ventanas exteriores y a través de ella, considerando variables como la transmitancia térmica, el factor solar y la infiltración de aire, el usuario final puede saber cuál es el comportamiento energético de su ventana: la letra A se adjudica a las carpinterías más eficientes y la G a las menos eficientes.

López comenta: «El día de mañana, el usuario final si ve que una le dio A y otra carpintería con otras calidades le dio B o C, sabe que comparativamente va a tener un consumo mucho mayor de energía».

Las ventanas de Tecnoperfiles obtuvieron la clasificación A en la Antártida, donde a temperaturas que alcanzan los 30 grados bajo cero se procedió al cambio y la instalación de 14 de las 118 ventanas eficientes con las que contará el edificio de la Base Marambio. Esto, en el marco de un proyecto de optimización y modernización energética convocado por el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI).

«Estaban teniendo disconfort térmico. El INTI nos pidió la mejor tecnología en la carpintería y en el vidrio. El PVC ya tiene las condiciones dadas, entonces lo que se hizo fue poner un triple vidriado hermético para que junto con el perfil de la mejor calificación. Estamos empezando, se hizo la primera etapa. Con esto se podrá llegar hasta un 38% de ahorro en el

Gas Oil Antártico, que es el combustible que utilizan para mantener la parte energética, tanto de confort en la parte de calefacción, como las luces, dentro de la base», precisa López.

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